Si durante estos quince días habéis leído el menú varias veces... podéis imaginaros las veces que lo han podido leer desde allí los 8 cocineros.
Cambios de última hora, pollo por palitos de merluza, morcillas que desaparecen, palitos que aparecen... Para nosotros supone una liberación de trabajo increible haberos tenido por allí pendientes del agua, de las basuras, del café...Para los que no conozcáis de cerca el trabajo de toda esta gente, se levantan los primeros del campamento (inlcuso mucho antes que el jefe de día) preparan todo el desayuno para que los chavales puedan coger fuerza por la mañana. Recogen basura, potabilizan el agua, descongelan, congelan, cocinan, descongelan, congelan, recogen...están pendientes de los móviles y baterías, de medicinas...
En definitiva, un trabajo excelente que nos hace descansar y disfrutar más tiempo de las actividades, y que por ello agradecemos infinito. Gracias Paloma, Cesar, Nelia, Jose Carlos, Juan, Maria Luisa, Lourdes y Elena.
Y por si os parece poco lo que hacían...os ponemos un par de fotos, para que veáis que en Kwelanga hay tiempo para todo!
