30 jul 2010

Las marchas...

En el momento las creemos difíciles, pero pasados los días (y años) se convierten en los mejores recuerdos.
Es cierto que no a todos les gustan las marchas, quizás... porque nos exigen dar lo mejor de nosotros mismos, quizás... porque no se superan pulsando un botón, quizás... porque en nuestras ciudades las cosas ya no requieren ese esfuerzo.
Pero una cosa es cierta, con los años que llevamos la gente del Kraal en esto, gran parte de nuestros recuerdos y anécdotas sucedieron en una marcha. La marcha nos exige dejar a un lado la "comodidad" de una tienda de campaña para dormir en lugares desconocidos. La marcha nos exige caminar junto a otros compañeros, aquí de nada sirve el pedal del acelerador. La marcha nos demuestra que un despiste o una mala pisada puede tener consecuencias...
Pero la marcha nos enseña a trabajar en equipo, nos muestra paisajes que valoramos de forma muy diferente a cuando vamos en coche con Papa y Mama.

Este año, como novedad la ruta está calculada y estudiada no sólo sobre el papel, sino también por ordenador. Cuando salgamos de marcha desde Kwelanga éste será el panorama que observaremos ¿te atrevés a verlo de cerca?

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